sábado, 30 de marzo de 2013

La trampa


El proceso de desaceleración por el que atraviesa el mundo ha obligado a los principales bancos centrales a asumir una política monetaria altamente expansiva; esto es, a recortar de manera agresiva las tasas de interés.
La teoría sugiere que en una economía que presenta signos de recesión, una de las herramientas que se puede utilizar es la disminución de las tasas de interés a fin de estimular los componentes de la demanda agregada, como el consumo y la inversión.
Recientemente, el Banco Central de Brasil redujo en 50 puntos base la tasa de interés de referencia a un día, para ubicarla en 8%, su mínimo histórico, con lo que busca disminuir el costo del financiamiento y estimular el crecimiento económico.
De igual forma, el Banco Popular de China recortó 25 puntos base su tasa de interés por primera vez desde el 2008. De esta forma, la tasa de depósitos a un año se ubica ahora en 3.25 por ciento.
El argumento del banco central de China para llevar a cabo esta acción es que los riesgos a la baja para el crecimiento económico siguen planteando serios desafíos para el país, superando incluso a la inflación como la principal preocupación para los responsables de la política económica.
La tasa de interés en el gigante asiático había permanecido sin cambios desde julio del 2011, cuando la aumentó para hacer frente a las presiones inflacionarias.
Aunque la mayor parte de los países del mundo, desarrollados y emergentes, han tratado de estimular el crecimiento económico a través de recortes sucesivos en las tasas, hay que hacer notar que algunas economías han llegado al extremo de ubicarlas en niveles prácticamente de 0%, como es el caso de Japón y Estados Unidos.
A luz de la profunda crisis económica en los países europeos y el escaso dinamismo logrado en aquellos países en donde la tasa de interés nominal es extremadamente baja, surge una pregunta angustiosa: ¿Qué tan efectiva resulta ahora la política monetaria? Esta pregunta nos lleva forzosamente a revisar uno de los fenómenos más interesantes para la teoría económica, que es el tener tasas de 0% y no crecer, situación conocida como trampa de la liquidez.
Quizá el caso más emblemático de la trampa de la liquidez es el de Japón. A principios de la década de los 90, Japón entró en una recesión que resultó no ser tan profunda como prolongada y difícil de corregir. Con una caída sistemática en los niveles de crecimiento, la demanda se contrajo y la inflación empezó a caer hasta convertirse en una deflación.

Exceptuando los años de 1996 y 1997, la inflación anual en Japón cayó de manera constante hasta registrar variaciones negativas a finales de la década de los 90, iniciando el proceso de deflación.Con el propósito de contener el avance de la deflación, el Banco Central de Japón inició la reducción simultánea de la tasa de interés de referencia.A pesar de los esfuerzos del instituto central, la economía siguió deprimida con una tasa de interés que llegó al extremo de 0% en 1998. Así, Japón demostró que la trampa de la liquidez era un problema real y no un tópico de la teoría económica.
Ante la incapacidad de las autoridades japonesas de estimular la economía mediante la reducción de las tasas de interés, se optó por complementar las medidas monetarias con la aplicación de una política fiscal altamente expansiva.Una de las obras más representativas del mayor gasto gubernamental fue la construcción del puente más largo del mundo, que conectó la isla Awaji con la isla principal de Japón.
Ahora, la teoría económica nuevamente enfrenta un problema: la puesta en acción de una política monetaria y fiscal altamente expansivas con una economía en franca recesión.
Cuando escuchamos a los hacedores de política económica decir que se instrumentarán medidas no convencionales, en realidad lo que quieren decir es que no saben qué hacer; o dicho de otra manera, solucionar la grave problemática de la economía global será casi un proceso de prueba y error.


sábado, 23 de marzo de 2013

CAUSAS DE LA REDUCCIÓN DE LA TASA DE INTERÉS




La tendencia de una tasa de interés a la baja, de corto y largo plazo, es materia de debate. En el reciente Reporte de Estabilidad Financiera Global del Fondo Monetario Internacional se establece que esta tendencia es producto de la “falta de activos seguros” en el mercado internacional.
En otras palabras, los bajos réditos de la tasa de interés internacional (y su precio alto) se deben, por el lado de la demanda, a su incremento por la incertidumbre, a los cambios regulatorios y a las respuestas
ante la crisis de los bancos centrales. Por el lado de la oferta, se ha perdido 16% de los activos considerados como seguros, debido a la reducción de la calificación de riesgo de diferentes activos soberanos en el plano mundial, en especial deuda pública de diversos países. Esta situación ha alejado a los inversionistas de estos activos y ha resultado en una reducción de la tasa de interés.


La segunda hipótesis sobre la tendencia de la tasa de interés a la baja se relaciona con la posibilidad de que
la tasa de interés, tanto de corto como de largo plazo, sea sólo un reflejo de que la economía mundial permanecerá deprimida por un tiempo prolongado. En otras palabras, la tasa de interés de largo plazo tiene una tendencia a la baja que refleja las expectativas de la de corto
plazo, consecuencia de la depresión económica actual.


Desde un punto de vista keynesiano, esta última hipótesis implicaría que la existencia de una tasa de interés baja también es el reflejo del paradigma económico dominante que establece que la política monetaria es suficiente para reactivar la economía. Ante ello,
se ha utilizado la reducción de la tasa de interés para la reactivación económica, pero sin surtir resultados contundentes y presentándose una trampa de la liquidez, es decir, tasa de interés baja, pero sin actividad económica.                                                                        
De manera adicional, Papadimitriou et al.,resalta que la actual recuperación económica no es sostenible, y que nos encontramos en presencia de un fenómeno de austeridad fiscal mundial, el cual debe ser revertido, pues el gasto gubernamental siempre es un medio más efectivo de estimular la economía que la política monetaria. De esta forma sería posible superar la trampa de la liquidez La información disponible no resulta 
concluyente, pero frente a la existencia de una depresión económica generalizada, a pesar de una tasa de interés baja, la explicación de una trampa de la liquidez cobra fuerza.
Por otra parte, la explicación referente a los países que presentan una tasa de interés alta es más sencilla y directa. Este es el caso de los países de la Unión Europea como Grecia, España, Italia e Irlanda, que, por la crisis de deuda soberana que atraviesan, se han visto obligados a incrementar su tasa de interés con el fin de compensar los riesgos que entrañan sus activos y poder financiar sus obligaciones fiscales de esta manera, ya que no cuentan con moneda propia ni con política monetaria soberana que les permitan ajustar su situación económica mediante devaluaciones u otras políticas.





sábado, 16 de marzo de 2013

El poder del interés compuesto

El lado bueno y el malo


En la vasta mayoría del sistema financiero mundial, y Norteamérica no es la excepción, cuando se habla de “interés” se trata de interés compuesto, no interés simple. La diferencia es muy sencilla: con interés simple, el capital (o deuda) inicial, sobre la cual se calculan los intereses, si no se toca, siempre será el mismo; mientras tanto, con interés compuesto, el interés acumulado se va incorporando al capital o deuda inicial.
La manera más fácil de ver esto es a través de un ejemplo: supongamos que tenemos un capital o deuda inicial de $1,000 sujeto a un interés de 7% (a menos que se mencione abiertamente, siempre asumiremos que la tasa de interés es anualizada). En el gráfico puede verse que, después de 25 años, la diferencia entre ambos sistemas de cálculo es casi el doble. Con interés compuesto, el capital o deuda inicial de $1000 se ha convertido en casi $5,500.

Este tipo de crecimiento exponencial es más fácil de ver (y sentir) en las deudas que en las inversiones, porque las primeras tienen tasas de interés más altas, lo que hace que las deudas crezcan rápidamente, en particular con tarjetas de crédito. Según esta calculadora, y tomando el mismo ejemplo anterior, con una deuda inicial de $1,000 en una tarjeta de crédito que carga 20% de interés y que ofrece un pago mínimo de $20, la deuda terminaría cancelándose al cabo de 16 años y 2 meses y el total pagado sería de 3,126.33, más de tres veces la deuda inicial.
Afortunadamente, no estamos condenados a vivir solo con el lado malo del interés compuesto. Si pagamos nuestras tarjetas de crédito completamente al final de cada ciclo, y usamos los intereses que ahorramos para invertirlos, pondríamos el interés compuesto 100% a nuestro favor.

viernes, 8 de marzo de 2013

Tasas de interés: ¿falta de activos seguros o trampa de liquidez?




Entre las características más relevantes de la economía mundial vigente están el comercio internacional y el movimiento de capitales. Debido a ello, la tasa de interés internacional y su interrelación determinan en buena medida la dinámica económica mundial, sobre todo en cuanto a flujos de capital en el mercado financiero. Desde el inicio de la crisis económica mundial de 2007-2008, la tasa de interés en el mundo ha presentado una tendencia a la baja, con sus particulares excepciones. Esta situación tiene implicaciones de política económica que marcarán la tendencia de los próximos años. Con el fin de explicar el actual entorno de la tasa de interés internacional y sus causas, la presente nota se dividirá en tres apartados. El primero explica la tendencia actual de la tasa de interés internacional. El segundo apartado trata sobre las posibles causas de esta tendencia. Por último, se abordan las perspectivas para América Latina.


TASA DE INTRÉS INTERNACIONAL
El acontecimiento que más ha marcado la economía mundial en los últimos años es la crisis financiera de Estados Unidos y la consecuente crisis económica mundial que ha afectado en diversos aspectos a otras

naciones, pasando desde los países poco afectados, hasta economías desarrolladas que han sufrido grandes problemas, en especial en la Unión Europea, que han visto caer sus niveles de calificación de deuda soberana es determinante para las decisiones que se toman dentro de la Unión Europea.
Por otra parte, se encuentran las naciones sin una política monetaria soberana y con problemas de deuda externa, las cuales muestran una evidente propensión al alza de su tasa de interés los activos considerados como seguros, debido a la reducción de la calificación de riesgo de diferentes activos soberanos en el plano mundial, en especial deuda pública de diversos países. Esta situación ha alejado a los inversionistas de estos activos y ha resultado en una reducción de la tasa de interés.

                                   

sábado, 2 de marzo de 2013

Trampa de la liquidez

El término trampa de la liquidez es empleado en la teoría económica para describir una situación en la que los tipos de interés se encuentran muy bajos, próximos a cero. La preferencia por la liquidez tiende a hacerse absoluta, es decir las personas prefieren conservar todo el dinero antes que invertirlo, por lo que las medidas tendientes a aumentar la masa monetaria no tienen ningún efecto para dinamizar la economía y las autoridades monetarias no pueden hacer nada para llevar la tasa de interés a un nivel adecuado.



En este caso, se ha sostenido, el aumento de dinero en circulación no tiene ningún efecto sobre la producción o los precios, en contraste con la sugerencia derivada de la teoría cuantitativa del dinero, que sostiene que los precios y la producción son, en términos generales, proporcionales a la cantidad de dinero. La teoría de la trampa de la liquidez es originalmente una propuesta keynesiana, que incluye como solución ante una situación semejante la realización de las inversiones públicas necesarias para conseguir el pleno empleo, aprovechando que el gobierno puede en un momento así tomar dinero prestado a tasas de interés ínfimas.



Lo anterior ha sido descrito como significando que “La curva de preferencia de liquidez se hace infinitamente elástica, debido a la esperanza unánime, por parte de los inversionistas, de que el tipo de interés no puede bajar más, el precio de los títulos valores son tan altos que nadie confía en que sigan subiendo. Como consecuencia de ello, todo el mundo prefiere poseer dinero ocioso y la política monetaria no sirve para nada.”,o “Esto se produce cuando los tipos de interés son tan bajos que los agentes sólo pueden esperar que suban en el futuro. El bajo nivel de los tipos hace que retener activos líquidos en vez de invertirlos tenga un bajo coste. Por otra parte, no sería cauto invertir en bonos, pues su precio es ya muy elevado debido a la caída de tipos, y la previsible subida de éstos en el futuro haría perder valor a la cartera del inversor. Como consecuencia, las inyecciones de liquidez se atesoran en vez de destinarse a la inversión productiva, siendo por completo inefectivas.”
En otras palabra, se postula que en estas situaciones la política monetaria se vuelve inservible para estimular la actividad económica.
Para entender la trampa de la liquidez primero es necesario describir brevemente el mecanismo de funcionamiento de la política monetaria expansiva ante una situación de depresión económica.
Ante este tipo de situaciones la autoridad monetaria responde incrementando la oferta monetaria que hace bajar los tipos de interés de equilibrio y la bajada de los mismos provoca que se eleve la inversión y el consumo e indirectamente el empleo y la producción, acabando con la situación existente de estancamiento económico.